Un domingo de Pádel
Cada viernes, a eso de las 15:00h, empieza el calentamiento del partido de los domingos. Bromas, piques y apuestas en el grupo “pachanga dominguera”, en el que estamos los cuatro amigos que nos jugamos la vida y el orgullo en la pista cada domingo a las 10:00h.
Este viernes veo que empiezan a escribir en el grupo y pensé ya empiezan estos, pero me quedé descolocado al ver que estaban comentando que les venía mal jugar y que teníamos que anular la pista. ¿Os estáis tangando? respondí, pero nada, parece ser que era verdad que no podían jugar.
Busco en mi agenda a “Dani pádel”, el encargado de las pistas de mi barrio, para escribirle y anular la pista, ¡no me había acordado de que lo bloqueé hace unos meses! Era insoportable su bombardeo diario y ya no tenía excusas para tanta propuesta de partido: ¿Raúl, te apetece venirte esta tarde a las 20h? , me falta uno para hoy a las 19h, ¿te animas? o Raúl tío, vente para un mixto que se me ha caído uno a última hora, así que, decidí bloquearlo unos días… o unos meses.
Pues bien, tenía dos opciones, llamarlo por teléfono o desbloquearlo, y pensé que lo mejor era lo segundo. Aún no había empezado a escribirle y recibo un mensaje suyo: Raúl, ¿cómo te viene el domingo a las 12h? Nivel medio-alto. Mi cara debía de ser un poema, ¡joder, no había tardado ni cinco segundos!, pero esta vez me convenía contestarle, estaba deseando jugar. ¡Cuenta conmigo, que tengo mono de pádel!, ah y cancela la pista fija, por favor, que no podemos ir.
El domingo me levanté con calma, desayuné, me puse mi camiseta de player 2 y cogí un bote de bolas que tenían un par de partidos. Nada más llegar al club me dicen que ya están allí todos, cosa que me imaginaba porque, como siempre, llegaba tarde. Eché un vistazo a la pista disimuladamente y no conocía a ninguno. Puff, a ver con quién me toca, espero que no sea con “el profesional”, pensé para mí. Creo que todos sabemos a quién me refiero, no es el mejor jugador de la pista, pero sí el más conjuntado; pantalones, polo, zapatillas y calcetines, todo de la misma marca y color, y por supuesto, lleva la pala más nueva y cara del mercado. Es ese jugador que entra a pista con más de 600 Euros “puestos” y que no necesita presentación, ya te lo dice su espalda. Es lo que diferencia un buen jugador de uno cualquiera: el nombre. Yo mientras tanto perdiendo tiempo y dinero recibiendo clases cuando puedo ir a que me pongan el nombre en la camiseta.
Como buen “profesional”, se “sacrificó” para jugar conmigo ya que a él no le importa jugar con alguien de menos nivel. Antes de preguntarme mi nombre ya me estaba preguntando ¿tú en qué lado juegas?, un error no haberme puesto ese día mi camiseta de yo juego en el lado oscuro. Me da igual, me gusta más la derecha pero me pongo donde quieras. Vale, me dijo, yo juego en el revés, es que vengo del tenis ¿sabes? Por supuesto este dato se lo tiene que hacer saber al mundo. Alguien que venga del tenis en la vida puede jugar en la derecha.
Saqué mi bote de bolas de dos partidos y me dijo mi compañero que él tenía bote nuevo, que mis bolas ya no saldrían nada. Está claro que jugando con un revés “pegador” había que jugar con bolas nuevas sí o sí para que se luciera. Pues sí que se lució, perdí la cuenta de los remates que tiró directos al cristal y de cuantos le cogieron, aunque claro, la culpa era mía por no llegar después a la pelota. Cierto era que venía del tenis, y que nadie le había enseñado aún lo que era una bandeja. Bola que venía por arriba era suya, y creo que no hice ni una volea de revés, el centro también era suyo.
Así que ese día aprendí algo, y es que prefiero jugar con mi gente ante todo. No seremos “pro” ni tendremos las mejores palas, pero yo no me voy a dedicar a esto y lo único que quiero es pasar un buen rato. Me llamarán antisocial por no jugar con otra gente, pero necesito el pádel para relajarme y disfrutar, no para ir más tenso el lunes al trabajo. Así que, aunque a veces me pique con mis colegas y me cueste la pasta la “pachanga dominguera” (quien pierde invita a las cervezas), esos ratos son los que hacen que el pádel sea mi deporte favorito.
¡No me dejéis tirado ni un domingo más!, escribí en el grupo, y aprovechando que tenía abierto el Whatsapp busqué a “Dani pádel” para volverlo a bloquear durante unos días… o meses más.
Jajajaja….pobre Dani….A mi los sabiondos de boquilla me dan pena…seguro que yo con mis mallas del decatlon se jugar mejor que el. Y por cierto yo tb vengo del tenis….jajajajaja….Raul tu tb vienes del tenis,pq no se lo dijiste? Jajaja…cuanto friki